¿Es el café portugués mejor que el español? Historia, mitos y realidad del café de especialidad

¿Es el café portugués realmente mejor que el español? Descubre la verdad

En Andalucía, y especialmente en Huelva, persiste una creencia popular que ha sobrevivido al paso del tiempo: el café portugués es mejor que el español. Esta percepción, sin embargo, tiene sus raíces en una época muy diferente, cuando el contrabando en la frontera entre España y Portugal era una realidad cotidiana.

En este artículo, desmontamos este mito y veremos cómo, gracias al auge del café de especialidad en España, nuestros tostadores no tienen nada que envidiar a nuestros vecinos portugueses o italianos.

Orígenes de la creencia: El contrabando y el café portugués

Hace varias décadas, en la posguerra española, el café era un bien escaso y costoso. En las pequeñas localidades fronterizas como Paymogo, la falta de productos básicos obligó a muchos a recurrir al contrabando como medio de subsistencia. El café, traído desde Portugal a través de rutas clandestinas, comenzó a ser percibido como un producto de mayor calidad debido a su acceso limitado y su origen internacional.

Hace unas semanas, mientras corría por las tierras de Sanlúcar del Guadiana, me adentré en la historia de estas tierras de contrabandistas. Las rutas de contrabando se desarrollaban a lo largo de las orillas del río Guadiana, trayendo productos escasos como el café a España desde Portugal. Esta actividad clandestina fue el sustento de muchas familias en la provincia de Huelva durante la posguerra.

En nuestro logo de Hortelano Coffee Roasters, podéis ver un burro, que simboliza las bestias que eran utilizadas para el contrabando de estas materias primas. Esta imagen rinde homenaje a aquellos tiempos y a las personas que, a riesgo de sus vidas, transportaban café y otros víveres por las rutas fronterizas.

Una de las principales rutas de contrabando se establecía en Paymogo, un lugar clave desde el siglo XVI. Según el catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Córdoba, Manuel Peña Díaz, en su reportaje 'Contrabando en la Raya', la actividad de contrabando era tan significativa que en 1559, Felipe II creó puestos aduaneros para recaudar impuestos. Sin embargo, ni la intervención de las autoridades ni la creación de cuerpos como los Carabineros lograron frenar el contrabando. En el siglo XIX, el café irrumpió como uno de los principales productos contrabandeados.

Los contrabandistas se adaptaron a los cambios, y productos como el café llegaron a localidades como Valverde del Camino, desde donde se distribuía por toda la provincia de Huelva, incluso hasta Sevilla. Este comercio ilegal tuvo su origen en las colonias portuguesas en África y Sudamérica, como Brasil o Cabo Verde, cuyos productos llegaban a Lisboa antes de cruzar clandestinamente la frontera.

Este comercio generó la percepción de que el café portugués, debido a su rareza y al hecho de venir del extranjero, era de mejor calidad. Sin embargo, esta idea estaba más vinculada a la escasez y a las circunstancias de la época que a una verdadera superioridad del producto.

Hoy, la historia del contrabando sigue viva en la memoria de muchos, pero la realidad del café ha cambiado radicalmente con la llegada del café de especialidad.

 

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La realidad actual del café de especialidad

Hoy en día, el panorama del café ha cambiado drásticamente. Con el auge del café de especialidad, España ha visto emerger a numerosos tostadores artesanales que seleccionan granos de alta calidad provenientes de países de origen como Colombia, Etiopía y Guatemala. Este enfoque en el café de especialidad se centra en la trazabilidad, el cultivo sostenible y la creación de perfiles de sabor únicos, aspectos que marcan una gran diferencia con el café producido y distribuido en décadas pasadas.

El café de especialidad, a diferencia del café comercial o del contrabando de antaño, sigue un proceso de tostado cuidadoso y controlado que resalta las notas de sabor intrínsecas de cada grano. Los tostadores de café en España ahora están al nivel de cualquier país cafetero, y muchos de ellos han sido reconocidos internacionalmente por su habilidad para tostar y destacar los mejores atributos del café.

 

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El impacto del café torrefacto en la calidad

Uno de los mayores obstáculos en el desarrollo del café de calidad en España ha sido la popularización del café torrefacto. Este método de tostado, introducido en tiempos de escasez, consiste en añadir azúcar durante el proceso de tostado, lo que crea una capa de caramelo alrededor de los granos. Esta técnica se utilizó originalmente para preservar el café durante más tiempo y ocultar defectos de granos de baja calidad. Sin embargo, el resultado es un café amargo, con sabores quemados y planos, que enmascara completamente las notas sutiles y complejas que encontramos en el café de especialidad.

 

El café torrefacto ha dejado una huella negativa en la cultura cafetera española, perpetuando el mito de que el café fuerte y amargo es sinónimo de calidad. No obstante, en la actualidad, el consumidor está comenzando a rechazar el café torrefacto en favor de opciones más naturales y saludables, como el café de origen único, que conserva las propiedades aromáticas y gustativas originales del grano.

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Mitos y realidades sobre el café portugués y español

Aunque Portugal tuvo una gran influencia en el mundo del café debido a su relación colonial con países productores, hoy en día no hay razón para afirmar que el café portugués sea mejor que el español. Tanto España como Portugal, junto con otros países europeos como Italia, están desarrollando activamente el nicho del café de especialidad, y los tostadores artesanales en ambos países están alcanzando niveles de calidad comparables.

Es fundamental entender que la calidad del café no depende del país en el que se tueste, sino de factores como la selección del grano, el proceso de cultivo, la recolección y el tostado. Los mejores tostadores de café en España trabajan directamente con los productores, asegurándose de que los granos sean de la mejor calidad posible, y aplican técnicas de tostado precisas para sacar el máximo potencial de cada lote.

Conclusión: El café de especialidad en España no tiene nada que envidiar

Hoy en día, el mito de que el café portugués es superior al español está completamente desfasado. Con el auge del café de especialidad en España, nuestros tostadores han alcanzado un nivel de calidad internacionalmente reconocido, ofreciendo cafés excepcionales que destacan por su complejidad y su trazabilidad. Ya no dependemos de contrabando o de métodos obsoletos como el torrefacto para disfrutar de un buen café. Ahora, podemos deleitarnos con cafés de origen único, sostenibles y llenos de matices, que son el resultado de un esfuerzo conjunto entre productores y tostadores comprometidos con la excelencia.

 

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